Yo tuve la mamá más mala de todo el mundo. Mientras que los niños no tenían que desayunar, yo tenía que comer cereal, huevos y pan tostado.
Cuando los demás tomaban refrescos gaseosos y dulces para el almuerzo, yo tenía que comer emparedado.
POR GILBERTO DIHIGO.-Que una mujer de 200 libras quiera danzar en elLago de los cisnes, o que los hombres clamen por competir en gimnasia rítmica, o dos bailarinas clásicas aspiren a competir en sumo, deporte de los mastodontes japoneses, son pretensiones posibles pero no dejan de ser inadecuadas.leer mas
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